31 octubre 2012

En casa no hay dos relojes que marquen la misma hora. Así, mamá va a despertarme corriendo porque "Son las 7 menos 10", yo me levanto a las puteadas porque tengo las 7 menos 13, y "estaba por sonar mi despertador". Desayunamos mientras el reloj del comedor marca las 7:15, nunca sabemos si está 5, 6 ó 10 minutos adelantado. Mientras mi hermano cree que estamos saliendo 7:17, mi mamá se calienta porque el reloj del auto marca las 7:21. Así es imposible arrancar la mañana de manera pacífica.

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