25 febrero 2012
Qué bajo que caíste, pichón.
¿Qué necesidad de mentir? ¿Tan poca seguridad podés darle a tu novia que necesitás inventar cosas? Qué poco hombre hablar sin ningún respeto de alguien que en algún momento te quiso, y supuestamente vos también. Pero peor es cuando las cosas que hablás ni siquiera son ciertas. Lástima me das. Mucha lástima, y mucho asco.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario