Me doy cuenta que estoy alterada cuando voy a la cocina, me sirvo una porción enorme de torta y camino por toda la casa comiendo. Es copado verme en el living, parada, mirando a la nada con un plato en la mano, masticando. Después salgo al patio, le hablo a los perros, sigo comiendo, entro, voy para la cocina, agarro agua. Me siento en una de las banquetas, agarro el diario, leo dos títulos, y me paro. Camino hasta el escritorio, recorro el lugar con la mirada, como si buscara algo, y me voy. Vuelvo a la cocina para volver a servirme y, de esta forma, empezar de nuevo el recorrido.
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