Si hay algo que me pone de mal humor en esta vida, son las propagandas malas. Tan es así, que incluso las clasifico en categorías según sus defectos
Clase A:
Las propagandas que tratan de ser graciosas y copadas con chistes pelotudos, actores malos y poca relación entre la trama de la publicidad y el producto ofrecido. La de Aquarius es un ejemplo contundente, seguido por las de Vanish y Villavicencio, entre otras.
Clase B:
Las que implican a alguna persona "famosa" cayendo en tu casa a darte consejos útiles y prácticos sobre como manejar tu vida. Bueno, mirá, si algún día me cruzo con Catherine Fulop claramente no le voy a hablar de mi tránsito lento. Si estoy en el micro, y viene una forra con un megáfono a hablarme de vivir mi vida de manera sana, y hacer lo que me gusta entre otras pelotudeces, la verdad que no voy a comprarme un yogurt de mierda para sentirme completa, simplemente le voy a meter el magáfono bien por el orto.
Clase C:
Las que incluyen alguna canción alusiva, con rimas poco inteligentes que entran a la fuerza con la música. Esa cadorcha que probablemente se te pega, y terminás cantando "vino Dos Tonos" en el medio de un examen. Ni hablar si la canción ya existía y le modificaron la letra.
Clase D:
Las que califican todo de "divertido". "La forma más rica y divertida de comer fruta", "Patitas, sanas y divertidas", ¿qué onda, loco? O no tienen idea de lo que es la diversión, o me están cagando y no me venden las patitas que saltan y bailan. No jodan, muchachos, es comida, no un consolador.
Clase E:
Las que colocan a la mujer en posición de esclava limpiadora. No me voy a cebar escribiendo porque no termino más. Es ofensivo para mujeres, porque creo que somos un poquito más que las que lavan, limpian y cocinan, como para los hombres que sí hacen todas esas cosas, no son ningunos inútiles. De hecho, en algunas, es el hombre el que les lleva "la solución": el mejor jabón en polvo, un producto que saca hasta los herpes vaginales. Bueno, muchachos, la verdad son cualquiera.
Clase F:
Las que hacen creer a los pobres e infelices hombres que por usar Axe van a caer cuatro imposibles mujeres con terrible lomo a querer garcharlos. No, chicos, no. Con suerte caigo yo.
Nota: Cuando una propaganda pertenece a más de una clase, es hora de cambiar de canal.
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