08 septiembre 2011

Confesión III

Cuando me depilo las cejas con la pincita voy pegando los pelos en el espejo. De esta manera, voy comparando el grosor de cada uno, el tamaño de la raíz, para relacionar estos datos con el dolor causado.
No digo que sea "normal", ¿no? pero tampoco puedo ser la única que lo haga.
Y si soy la única, bueno, muchachos, ¿qué quieren que haga? ¿Para qué tratar de no ser desagradable, de ser normal y aceptable si después miles de mujeres salen a la calle con calzas baratas de leopardo, con total impunidad?
Destaco que es una entrada de doble filo: por un lado, compartir mis exóticos métodos de diversión, y por otro, abrir el debate con la pregunta filosófica ¿Qué es lo agradable, lo normal, lo socialmente aceptable? Creo que es mucho por hoy, mejor vamos a dormir.
Bonvoaiash

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